6:57 Edit This 0 Comments »


Uno no busca ser pretencioso en las palabras no, no busca ser escogido, elegido por ellas que va, ni tan siquiera busca ser reconocido por otros en las mismas, de hecho, cuando en algún texto publicado me han pedido que explique dónde me sitúo yo en él, digo que soy "el que no se vé" el ausente del texto, (soy la mirada estrábica de mis propias palabras, o más allá, soy la deformación engañosa que produce mi propio cerebro en el tuyo al leerme, cómo la imagen que aparece frente a éste texto).

A resultas de todo ésto, me pidieron hace unos días que "creara" nuevas acepciones de "mis De Profundis" días por cierto en los que nos asemejábamos a "batidores de records de Dylan Thomas" y dónde parecía que 18 whiskies eran suficientes para enterrar a más poetas...Inmersos en semejante tarea, mi mente parecía desconectada del verbo y de la maña (más o menos grande) que se asocia a la creación necesaria en estos casos, pero, en un arrebato de diamantismo, de verbo incandescente y flamígero....dije algo parecido a ésto:

A: El otro día, en sueños más o menos reconocibles, más o menos acertados, sueños de esos que nos hacen sentir la almohada dentro de nuestra mente, sueños que hacen eco en la sinapsis y que reverberan de una manera apocalíptica entre neuronas, haciendo y tal vez diciendo a cada una una de mis energúmenas células, vamos A. levántate y consiente que tus labios se asemejen espejados a otros que se arremolinan ahora mismo frente a ti, con temblores espasmódicos y certeros que parecen decir "cómeme hasta el miedo, mátame hasta la propia muerte y remátame mis mentiras que no son sino tú, mirándome de esa manera tan insoslayable, tan cegadora y feliz"....

(Estaba yo inmerso en ésta conversación cataléptica y nada intimista o puede que sí lo fuera, que del todo intimista aunque estuviera en el precipicio de aquella gente mirándome cómo yo no los miraba, de repente alguien encendió la luz, o apagó la música o ambas cosas al tiempo, o todos recobramos la consciencia y volvimos a la vida y miramos con un odio infernal a la puerta, y allí, para hacer que la locura fuera total, apareció una niña entre lo angelical y lo demoníaco, aferrada al cuello de un peluche (un oso tal vez, tuerto en apariencia o ciego entre sus melenas) diciendo un :

N: Tengo sed, quiero un agua..(todo ésto restregado entre somnolencia de un grupo abiertamente adulto frente a una niñez que nos dejó a más de diez abotargados, cegados durante días, pensando y repensando en que, por mucha lucidez que creamos tener asida por los genitales literarios, por mucha candidez con la que nos aferremos a unos labios bien nacidos, existen otros mundos que no nos dejan más que luz, tan, tan bien dotada para ser mirada, que no existe poeta que sea capaz de rimar ante su presencia).

(Un coro generalizado se levantó o hizo ademán de ello, a por el vaso de agua reclamado, y otros tantos se sonrieron sin pausa los unos a los otros, y hubieron de pasar minutos, muchos, tantos como una montaña de ellos, para que aun recobrando el aliento y a Dylan Thomas en los paladares, certificáramos entre todos que el mundo es redobladamente hermoso si se mira de una manera aniñada, simplista y certera como Robin de los bosques infantiles)....presupongan la calidez que se logró con semejante gesta, tanta, que a día de hoy no hay uno de nosotros que aún se haya recobrado ante aquella hermosa, infinita y perfecta velada....



El verbo encolerizado....

15:51 Edit This 0 Comments »

Uno se levanta en la mañana sin más premura que la que dictan los dedos en la sábana, y así, cómo anudado aún al sueño, se sienten caer los cráneos decapitados, los cuerpos lacios, deshuesados de lo soñado...(si uno fuese capaz de en ese preciso momento mirar a la almohada y ver allí, muertos, derrengados, desangrados, todos los sueños (nonatos o no) no trataríamos de recuperaros como si de una resurrección fuera, insuflando verbos al corazón (o corazones) apalpitantes, disecados de memoria y de ensoñación, acaso digo y redigo, ¿no abjuraríamos contra Hypnos hasta hacerle sonrojar allá entre las nubes y conseguir el reventar de sus pestañas y de las nuestras?

Digo y vuelvo a desdecir, que entonces y sólo entonces se recobra el aliento que se ha desalentado en demasía (la carga es demasiado pesada "ess muss ein") y así se puede abandonar (y yo lo hago) la habitación plena de cadáveres soñados o por soñar, que se van pudriendo mientras se ventila la habitación en nuestra ausencia...